Filosofía: un viaje por la historia del pensamiento humano

La filosofía, junto con la historia, siempre ha resultado una asignatura atractiva para mí. Pensar en ello me transporta inmediatamente a los años de bachillerato en los que, gracias a estas asignaturas y a una curiosidad extrema, un grupo de personas muy diferentes nos hicimos amigos para siempre.

No era extraño encontrarnos en alguno de los bares cercanos al centro dónde estudiábamos, sobre todo tascas, debatiendo con los pocos argumentos que íbamos descubriendo en clase y a través de los libros. Aún puedo recordar la cara de la señora que atendía el bar mientras nos escuchaba citar a NietzscheZaratustra en mano y a veces de memoria— o relatar las causas y consecuencias de la revolución francesa, entre cervezas… ¡Deberían habernos visto en el momento en que Barack Obama se convirtió en el primer presidente negro de U.S.A.! Muchas anécdotas que evidenciaban la influencia de todo lo que íbamos aprendiendo en nuestra forma de ver el mundo. Es por ello que, una década después, me siento muy orgulloso de saber que todos mis compañeros y compañeras se lanzaron a conseguir sus objetivos, que en aquel momento, no eran más que ilusiones y dudas.

Total, que no pude resistirme a la conferencia propuesta por el Ateneo de Ourense, “Filosofía: un viaje por el pensamiento humano.”, en el Centro Cultural Marcos Valcárcel; la cuál sería impartida por el psicólogo y docente universitario, Don Miguel Guerra Rodríguez (Licenciado en Filosofía e CC. da Educación) Y una vez más, hay que destacar una sala llena de interesados en la materia; lo cual me parece algo importantísimo para que esta ciudad siga contando con estos eventos. Ciudad que, como dijo el profesor, algún día fue apodada la Atenas de Galicia.

El profesor hizo una introducción brillante al recurrir a la definición de ateneo para convertir la sala en un templo de la sabiduría bajo los ojos de Atenea o Minerva, y a nosotros en unos viajeros curiosos por adentrarnos en la historia del pensamiento. Como punto de partida: la definición de filosofía y un mapa de las polis griegas para situarnos.

Comenzando desde la era presocrática (640 – 370 a.C.) y algunos de sus pensadores (Tales de Mileto, Anaximandro, Anaxímedes), pasando por los pitagóricos (Alcmeón, Hipaso, Filolao), los eleáticos (Jenófanes, Parménides, Zenón, Meliso), hasta Heráclito —considerado eleático por algunos—; al que se le atribuye la creación de los aforismos, y explicando brevemente conceptos y anécdotas varias, el profesor llegó a uno de los puntos clave de la conferencia: Sócrates (470 – 399 a.C.). Ése humilde señor, queridos amigos y amigas, que además de regalarle al mundo sus “tres filtros de la verdad” y de decir la archiconocida “Solo sé que no sé nada”, no escribió ninguna obra porque “cada uno debe desarrollar sus propias ideas”, y fue juzgado dos veces para ser condenado a muerte. Sí, ése, el de la cicuta.

El segundo punto clave fue el alumno más famoso de Sócrates: Platón (427 – 347 a. C.). Tras repasar los conceptos y obras más celebres del pensador, en especial “La alegoría de la caverna” —croquis incluido—; momento en el que el profesor hizo una mención a sus alumnos enorgulleciéndose de que éstos estuviesen más próximos al exterior que a las sombras, terminamos adentrándonos en la Academia. Qué mejor forma que llegar a otro de los más brillantes pensadores de la historia y tercer punto clave de la conferencia: Aristóteles, el alumno más famoso de Platón. Ése que, parafraseando al propio profesor, “le pegaba a todos los temas”.

Tras un breve recorrido por el árbol genealógico de Aristóteles, su obra, su distanciamiento final de Platón —la decisión de su maestro al nombrar a su sobrino Espeusipo como heredero de la Academia, siendo Aristóteles el alumno más aventajado, supuso una humillación de aúpa— y su período como maestro de Alejandro Magno, el profesor llegó al último punto clave de la conferencia: La filosofía romana; en la cual analizó a pensadores como Cicerón, Séneca y Marco Aurelio.

Ciertamente hay que reconocer la habilidad del profesor al tratar de explicar siglos de historia en una conferencia de una hora. Un viaje que, a petición de los asistentes, podrá ser retomado en un futuro; lo que sería excelente, porque me interesará mucho escuchar al profesor abordando la filosofía contemporánea. Quizás no haya que esperar demasiado, pero hasta entonces, tenemos la fortuna de contar con un gran catálogo de libros al que recurrir. Cómo dijo Spinoza: “La actividad más alta que un ser humano puede conseguir es aprender para entender, porque entender es ser libre”. Hala.

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